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CO.INCIDIR 95
Yo retorno del aro de fuego y la tortuosa espera de los años. Me deslizo escalera abajo a buscar los poemas que contarán esta historia.
Que sea lo que Dios quiera; así debió empezar todo esto, después de un diálogo con el sin nombre y su insistente desafío. Que sea lo que Él quiera, y entré a quebrazón limpio al interior del espejo.
Alicia, me dijeron, detrás del espejo irás viendo los surcos que dejaste, los caminos, el ir y venir los minutos, el tiempo que se alarga y se contrae. Un escenario, este personaje eligiendo sus ropajes. El post punk era tan simple, mi Señor, éramos nosotros mismos; bastaba con leernos y todo lo sabíamos. Pero la insistencia de buscar afuera y no decir las cosas por su nombre. Buscar, leer el guión que traemos y convertirlo en una vida que cruza frente a nuestros ojos.
Un poema, una obra, ¿cuál es la diferencia? ¿Un tiempo eterno en que me prestas atención o ese suspiro que jamás olvidas?
Si muero, que sea mi lenguaje, que sean mis palabras, las que se despidan del guión que hoy las apaga.
Al principio era el verbo y al final también. Sólo una palabra mía bastará para sanarme.
Me despido a través de mis ojos que serán los primeros en marcharse detrás del espejo.
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