CO.INCIDIR 81

A la vida hay que entrar de a poco. Atentas y atento a la señal precisa de cuándo es tiempo de girar. Algo así como danzar con la vida, llevándose con ella en el movimiento, sin obligar giros ni pausas. Sentir que la música viene del infinito y danzamos su aliento. Somos una partícula de polvo que navega su respirar. Hay una batalla de colores, de colores frente a la oscuridad. Aún, ensangrentados y moribundos, cabalgan los colores hacia el palacio de gobierno. Cayendo en las avenidas húmedas y gaseadas, levantando la bandera herida, la multitud corre hacia donde el combate se libra sin tregua; el horizonte es una niebla en llamas, la multitud canta al morir, ríe al caer, despierta al enceguecer. El palacio aúlla anunciando a la luna que ya es tiempo de morir.

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