CO.INCIDIR 51

Ni una gota de agua. La hoja en su vejez me observa respirar a través del fuego. Yace crucificada lejos de sus ramas. La lluvia olvidó su estación. No hay pies bajando uno a uno las escalinatas de los últimos trenes de la tarde. Entre las largas piernas ausentes, el sol atardece en soledad. Se guarda las llamas para no asustarla. Se viste de noche y camina junto a los pasajeros que han olvidado el destino. Él no. El sol conoce el tránsito hacia la lluvia. Él sabe que es de noche. Él sabe que es mientras los otros olvidan. Él lleva una corona guardada en la chaqueta que pintaron las hojas antes de morir de sed. La corona es una llama encendida de agua. La corona encontrará hasta la última gota que nos hará Co.incidir. Nunca la lluvia olvida un invierno. El sol lo sabe. Por eso camina hundido hacia el frío. Bienvenida edición previa al invierno, otro otoño para Co.incidir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario