CO.INCIDIR 104

Han pasado 8 meses desde nuestra última publicación, y muchos de ustedes se habrán preguntado qué sucedió, por qué esta pausa. Uno podría orientarse a distintas explicaciones, algunas más ornamentadas que otras, pero aquí, en nuestro co.incidir, sólo cabe la verdad. Fueron meses de grandes cambios, de resistencias, de duelos. El cuerpo, la mente y el alma puestos a prueba. Caminos contradictorios, des-sincronías inesperadas; algo así como una gran muralla invisble deteniéndolo todo y empujando los empeños y las certezas hacia lo impensado. ¿Les suena familiar? Alguna vez mi gran amiga Miriam dijo que si el universo gira en una dirección y nuestro avance es como el de aquellos peces que en el río ponen el pecho a su cauce, seguramente en algún momento aparecerá el sufrimiento. Y luego el otro angelito lanzándole una granada por sobre mi cabeza y sugiriendo que sin lucha, voluntad y esfuerzo no hay avance posible. Interesante dicotomía. Pero lo cierto es que en algún momento el avance fue tornándose tortuoso, imposible. Y aparecieron las voces, las manos, la alegría y la amistad de nuestro co.incidir. “No es necesario dejar el alma en el intento, podemos hacer una pausa” dijo el mago azul. “Cuando quieras hablar, aquí estamos”, susurró la cofradía de la esperanza, la brigada azul. Y hoy, después de estas 8 vidas que sucedieron una tras otra, están dialogando ambos ángeles junto a un cafecito con malicia. Dialogando sobre la necesidad de integrar, de estar alerta, de recordar que hay un tiempo de siembra y otro para hacer el kuchen de manzana; identificar el momento del avance y el de la pausa; un cuerpo llevando el alma que lo habita, la dualidad latiendo en la unidad. Entonces llegó la paz, el sosiego, el alivio. No hay culpas, no hay remordimientos, no hay apuros; somos la misma naturaleza del árbol y sus pájaros rozando las ramas, somos la misma naturaleza de las nubes entre la luna y la tierra. La eternidad se alimenta de su propio movimiento. El pájaro reconoce el íntimo pulso interior. La semilla está alerta hasta el día de su muerte. La pausa es requisito de armonía; la conciencia de la trayectoria es la memoria que avanza; la quietud, exhalación invisible, entrega el movimiento al éter. Así seguimos, eternidad. Bienvenidas y bienvenidos a lo eterno de nuestro Co.incidir

Co.incidir 104 Julio 2023 by Maliciablues on Scribd

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