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CO.INCIDIR 58
Hay una vuelta con los ojos cubiertos, un atravesar la calle donde esperan el semáforo los autos que tanto de aterran.
Me pregunto cuál es el tamaño de tu mundo, el de tus hojas, el de tus árboles. Cuál el caminito que transitas antes de llegar a mi mano y llorar de tanta existencia que te cuesta absorber.
Hemos estacionado nuevamente en el mes de los árboles y sus células encendidas, las mismas que recorren las venas de la tierra, los ríos que son galaxias líquidas atravesando el universo. Hemos aterrizado frente al infinito que se devuelve a sí mismo doce ciclos en el año. Doce fueron los apóstoles que repitieron la misma escena antes que cantara el gallo. Doce las tribus descendiendo el perfil de la luna, doce los animales en oriente y occidente que giran la banda celeste dividida en doce partes; doce te apareciste después de muerto y doce puertas tenemos por delante. Ellas baten sus alas y salen titilando multiversos por donde entran las nuevas horas con todos los latidos debajo de sus crisálidas. Estacionados en el árbol de las doce estrellas, una a una las esperanzas navegan encendiendo planetas que harán sus nidos sobre ellas.
Y tú llegas de donde el lenguaje se hizo uno con el viento para abarcar el presente en toda su inmensidad. El silencio es el espacio donde descansan todas las palabras.
Entonces comprendo que doce deben ser las veces que aumentan tus semáforos, doce veces los autos y sus bocinas, doce que yo te abrazo y te digo que te amo, doce las cuadras hasta retornar al paraíso.
Esta tarde te dibujaré un árbol encendido y colgaré las doce estrellas en cada una de sus células; te llevaré de la mano donde juegan las doce moléculas que esperan tu palabra, esa que insistentemente no pronuncias, esa que yo aguardo en los sueños donde mi madre vuelve a mirarme con ojos de memoria, y su muerte es sólo una de las doce de posibilidades hasta el medio día.
Doce son las horas hasta que llega la tarde, doce los pájaros que salen a tu encuentro, doce las pausas que brotan una melodía, doce las razones para volver a Co.incidir.
Bienvenida 58 que sale y entra en los doce océanos por nacer.
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