CO.INCIDIR 67

Las pruebas del dolor. Llega septiembre y una barca flota bajo los tres rostros. Los peces son pájaros esta vez, los espejos simulan la otra vida, la que coexiste más allá de tu sueño y el de ella y el de él. Sabes que navegarás eternamente mirando el fondo del mar. Sabes que los peces nadarán en círculos sobre los montes y sólo te quedará mirar a través de las ventanas las posibles sombras acechando el vacío de las paredes circulares de palacio, ataduras que urdió la otra vida de la cual has decidido regresar en vez de vivir. Ella pudo ser tu madre, dama de papel dibujada sobre la barca. Él pudo ser tu padre, rejilla metálica y rostro cuneiforme de mirada triste. Algo esperan de ti. Escuchar tal vez las palabras del hijo del espejo, su leve transitar alrededor de la torre y sus rasgaduras, la torre bombardeada sobre tu frente, la carrera de cientos bajo las balas, el océano y su desembocadura en el río de los desaparecidos. La patria entrando al cauce de los peces caníbales, y tú atestiguando desde el espejo la otra vida que ellos llaman muerte y para ti sólo es el avance de tu navegar junto a la madre y sus dedos de agua hundiéndose en la sal. Septiembre es el mes donde la vida y la muerte atraviesan el abismo de los espejos y navegan eternamente mirando el fondo del mar. Bienvenida vida y muerte al mes que las hizo Co.incidir. Edición 67 de septiembre en primavera.

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