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CO.INCIDIR 68
El tiempo y su eterno presente, tres a la mesa, tres absorbiendo el tejido de su vida; yo, tú, él, y luego cada uno repitiéndose hasta la eternidad. Nos vamos sumando por los siglos de los siglos, repitiendo células y memorias, átomos besándose bajo las estrellas, adn yéndose cuesta abajo por el tobogán de una plaza a oscuras. Yo, tú, él, mirándonos entre las rejas de las casas de Octubre, cuando ya los aromos dejaron una estela de micropartículas de primavera y la caída al infierno de los Hawker Hunter era la escena diaria en los ojos de los niños despiertos. Octubre desciende lleno de Primavera y el silencio de sus tardes es una compuerta que nos lleva donde Alicia nunca quiso ir. El tiempo repetido, los conejos de Cortázar llenando las habitaciones, los jardines, las casas de gobierno, un avión por aquí, otro bombardero por allá, y las ametralladoras sobre la nueva piel que salía de las aguas el verano pasado. Cientos de mujeres junto a sus cientos de hombres y las nubes oscuras sobre Quito, avanzan hacia su dignidad. No hay miedo. Yo me pregunto, por qué no hay miedo?, en qué parte del beso, en qué giro de la siesta, después de qué sonrisa, en cuál de todas las lágrimas, se enciende el hipotálamo y apaga el miedo. Uno a uno marchando, saltando sobre las hebras y sus peldaños, desatando cadenas, encendiendo moléculas hasta transfigurarse en vida, vida que sale pulsando a tientas, con esfuerzo, enceguecida, con frío, con hambre. Por eso, repetimos la marcha hasta donde alcance la mirada, giramos la cabeza y hasta donde alcance la mirada, cerramos los ojos hasta donde alcance la mirada, imaginamos el mundo nuevo hasta donde alcance la mirada, nos vamos de esta vida hasta donde alcance la mirada, y resucitamos al día siguiente justo frente donde la mirada alcanza a tus ojos recién nacidos. Sin miedo. Atentos. La marcha es un eco que rodea el planeta y llega hasta los tres sentados a la mesa y los cientos de miles en medio de sus células recordando que ante la esperanza y la libertad, sólo nos queda Co.incidir.
Bienvenida edición de Octubre, en la antesala de la esperanza.
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