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CO.INCIDIR 105
No hay luna hace cuatro meses, no hay sol. El frío y la oscuridad son espectros que sacuden la cama por las noches; leones en la entrada rugiendo inmóviles. Dicen que se llaman esculturas o estatuas, yo veo un animal petrificado con un arma, un animal protegiendo el corazón de la nobleza, un rugido cubriendo el planeta, la selva, los desiertos. Si miro más adentro leo sus palabras, sus intenciones, es el grito de la muerte que avanza y no quiere ser oscura, no quiere asesinar a nadie; sólo mira la creación y sonríe, sabe que más allá hay una promesa que se abre como luminocélulas. Alguien dijo que era un arma de los bastardos, de esos asesinos que beben sangre por monedas, pero ella sólo quiere ser la ninfa de los puentes, la dama que nos arranca de la cúpula de fuego. Vive dentro de fauces, de gritos, mira dolorida a quien propina los golpes, las heridas. No comprende la ignorancia que la acusa cuando viene por los caídos en manos de traidores. Por eso duerme dentro del rugido de la nobleza, el coraje y la furia, porque cerraron el cielo y sus lunas, porque apagaron el sol y petrificaron la fuerza, y sólo le queda ser una muerte que mira silente pasar batallones hacia el averno, mientras ella va por los últimos y pequeños ángeles de la primavera.
Bienvenida Co.incidir agosto rezagado, antesala de la primavera con todas las esquinas rotas.
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