CO.INCIDIR 84

Lacrimógenas, fantasmas humedecidos disipando el aire tenue de las esquinas, saliendo en arcadas desde el monstruo de hierro. Ella le entrega la piedra con sus cañuelitas breves, saltando la sal y su nieve amarga. Yo te busco detrás del café de bienvenida, detrás de la pared que nos esconde, la misma donde nunca me esperaste y donde yo te acorralé a media noche, recuerdas? previo al taxi que te dejaba solo. Tu fantasma, la lacrimógena que me brota de los ojos. Sobre el puente, la tarde. Río Mapocho camino a Dignidad. Quieres pronunciarlo?, quieres gritar el grito que retumba? Hay una batalla que quedó a medias, hay varios de nosotros caídos, siempre llevando, a pesar de la muerte, el combate. Todo el lenguaje que entra por la puerta gaseada habla por las voces de los pobladores peleándose la tierra. Fantasma que haces llorar, no quieres emanar de los gases que acosan a tu población por las noches; darías lo que fuera por reventarte en las fauces de los esbirros; pacos culiaos apuntando al rostro de tus nietos, pisando la vereda donde yo te aguardaba. Pedro Aguirre Cerda, Lo Valledor, Bajos de Mena, Joao Gulart, La Bonilla. Baja con el cura santo de una vez por todas, que nos vamos quedando sin amor y sin besos y la noche es tránsito de fantasmas ciegos. Viene la boca hambrienta de la niebla lacrimógena, su lengua acidifica los árboles de los pobres. Las sombras de los amantes llora una bruma asesina. Baja con el cura santo y todo su ejército de niños muertos, baja para que nuevamente podamos co.incidir. Bienvenida edición 84, de un febrero que aún sigue siendo invierno.

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