CO.INCIDIR 45

Esta vez, pensó, es probable que el sol dé vueltas sobre el día y se apague de noche. Esta vez es probable que las tardes, como a eso de las siete, sean frescas como la luna y el amanecer nos traiga esas blusas con mangas como pétalos transparentes. Es probable que el año siga su curso y las estaciones se detengan donde los trenes las están esperando. Pero nada de eso sucedió. Los conejos siguen cambiando de colores y uno que otro viaja en el techo del vagón de la esquina. Las tardes están más frías que nunca y para qué decir las mañanas. Esto del cambio climático no era un cuento del conejo del reloj ni de los atrasos de Alicia. Esto era verdad, como verdad es que aunque cambien las estaciones, no cambia el devenir de la existencia, y tampoco cambia que nosotros este mes, nuevamente, volvamos a Co.incidir. Bienvenida 45 en noviembre, que cambia y no cambia. Malicia

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