COINCIDIR 64

Junio entra a pasitos sobre las aguas. Hay una hoja flotando donde nadie mira. Un barco a oscuras llega al borde del ocaso. Un barco transparente con nervaduras y un pasado de raíces, de pájaros resonando en el amanecer. Un bosque tan inmenso como el silencio, cientos de trinos esperando la lluvia. El cauce navega sobre el mar. Uno de los pájaros cruza el sol, tan alto, que el resto somos aves dibujadas en la tierra, encendidas, titilando a la velocidad de la luz. Es hora de partir. Ninguna gota ha tocado la frente esta mañana. El último terremoto dio vuelta la tierra y no sólo su eje hoy viaja a la velocidad de la luz. No sólo las mareas van entrando de a poco a las veredas de última generación, las del 5G que nos calcinarán a todos. Las mareas traen la frente adusta, la espuma esta vez son palabras gigantescas que se elevan cientos y cientos de metros sobre el nivel del mar. No sólo ellas pondrán las cosas en su sitio. Navega el viento. Se crispa como los agujeros negros y se traga a los creadores de los pájaros transgénicos, los que no cantan al amanecer, los que miran las aves que danzan sobre el barco traslúcido con un corazón al centro y sus nervaduras de sangre. Los pájaros sin alma lloran porque todavía sus alas son garras que no pueden adorar el aire. Sus extremidades tienen el peso de la muerte, y creadores y engendros son una misma pesadilla que se repite en ambos. Están tan cerca de las aves que sonríen al sol. Pero el aire es una ventana donde sólo penetra el amor, ese que no les fue concedido, ese que les dejó un hueco por donde transita el sin sentido, turbulencia que no encontró plumas que cortaran el levante, y el vuelo es el sueño que miran detrás de la ventana. El exterminio, para el que fueron creados, es sólo el sueño del invierno, ese que viene en el barco deshojado, ese de alas que esperan sobre los acantilados que el viento quiera navegar sobre ellas. Despertar sobre el amanecer siempre los hará co.incidir. Otro invierno que sueña, otra edición, la 64, como el año en que nacieron los pájaros.

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