CO.INCIDIR 120

Agradecemos a quienes compartieron sus percepciones, sus palabras. Ha sido adentrarse en aquello que nos contiene, ha sido mirar desde dentro los bordes que creemos mirar desde fuera. Relatos, poemas navegando el azul nocturno, el que huye del sol todas las tardes y se sumerge hasta donde los peces hacen sus nidos. Relatos y poemas que lanzan las redes hacia el amanecer, cuando se colman de pasado y ameritan estrellas que se van a dormir. Aquí yacemos, en eso que Alejandro, el más paranormal que hoy estuvo de cumpleaños, ya no se explica, ya no se habita, porque se mudó de sí mismo, se dejó vacío para ser memoria nuestra y no recordarnos jamás. Aquí yacemos, en el olvido de los muertos. El tiempo, el que va delante de uno, el que no me espera, el que horada los mismos huesos que tejió, el que no se cansa, el único que nació eterno, ése quiso quedarse atrapado entre nosotros, vigilante de palabras, fisgón de túneles y homilías, contando sus propias horas para nuestra venganza: atraparlo en un poema. Aquí está toda ella, la temporalidad, llena de metáforas, de horas, de eternidad. Disfruten esta edición tanto como yo la disfruté. El tiempo pasa muy a prisa y sólo nos queda, por un tiempo, la memoria. La próxima edición es sobre la Memoria. Espero que recuerden enviar eso que aún está entre nosotros. Los espero.

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